Marinilla es un municipio de más de 43.000 mil habitantes, que se encuentra dentro de la región del Oriente Antioqueño, que cuenta con 23 municipios donde el páramo, bosques, embalses y un altiplano lo conforman.
El municipio tiene una gran tradición artística, cultural y religiosa. Las guitarras son su máximo orgullo al igual que sus músicos, ya que el municipio cuenta con festivales tan reconocidos a nivel nacional e internacional como lo son el festival de música andina y el festival de música religiosa. Y a nivel regional convoca con el festival Voz s.o.s Joven, es aquí donde las agrupaciones juveniles de Marinilla muestran su talento en los diferentes géneros musicales en plaza pública.
El nacimiento de diferentes corporaciones en el municipio, con un tinte musical, da pie a la proyección y difusión del arte y la cultura, y esto hace que la infancia tenga varios referentes musicales, lo que da paso a que haya tantos semilleros de música y la tradición musical no se pierda.
En el municipio existe mucho talento musical que se articula a la vez con el arte de hacer guitarras, que son especialmente fabricadas por la familia Arbelaez que ha sido por tradición una empresa de hermanos marinillos que han dedicado gran parte de su vida al ensamble artesanal de guitarras, liras y tiples. Expresó Jorge Iván Castaño, Secretario de Cultura y Educación del municipio.
Marinilla siempre ha tenido una identidad frente a los municipios de la región, el gusto por lo musical y lo artesanal. Por eso no es gratis que en Marinilla se fabriquen las mejores guitarras de Antioquia, en la fábrica de los hermanos Arbelaez y que los campeones nacionales de trova “Crispeta” y “Minisigui” sean de allí.
“La guitarra un instrumento sonoro y agradable” Luís Arbelaez.
La historia de las guitarras comienza en el año de 1915 con Isaac Arbelaez un oriundo de San Vicente, Oriente Antioqueño, que se radica en Marinilla y se dedica a vender y fabricar guitarras, liras y tiples. Forma una familia de diecisiete hijos en los cuales cinco se dedicaron a éste arte de fabricar guitarras, hasta el año de 1968 que muere.
Pero esta tradición familiar la continúa Luís Arbelaez Saldarriaga, hijo de Isaac Arbelaez que continua con la tradición de fabricar guitarras con su taller y tienda llamada ENSUEÑOS donde se han vendido más de un millón doscientas guitarras durante cuarenta años. Asegura Luís y define la guitarra como un instrumento sonoro y agradable.
Él cuenta que lo más lindo de fabricar guitarras es haber sido capaz de vivir y sostener una familia de cinco hijos y todos educarlos con éste arte, también cuenta que ha tenido una vida honesta y tranquila, donde ha podido ofrecer trabajo a la gente que le apasiona este cuento de hacer guitarras. Dice que ha logrado proyectar y a la vez transmitir todo ese arte a diferentes personas que les apasiona el cuento.
Algo que ha sorprendido a este tallador de madera es que hace unos años vino un cura de Guarne a comprar unas guitarras a la fábrica, y él me contó que cuando se encontraba como misionero en las selvas del Amazonas en el Brasil, se encontró con un grupo indígena que tenía una guitarra de mi taller. Afirma Luís Arbelaez.
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